viernes, 9 de diciembre de 2011

"La Relativa Democracia Mexicana"


LA INCIPIENTE DEMOCRACIA MEXICANA


Ernesto Zedillo pasará a la historia como el presidente que hizo posible la consolidación de la democracia en México. Después de 71 años de dictadura perfecta (al decir del escritor peruano Mario Vargas Llosa) los mexicanos podemos sentir y palpar la democracia que tanto anhelábamos. En un ejercicio de madurez política los mexicanos optamos por el cambio, pero no por un cambio de forma sino que por uno de fondo que haga posible la superación de muchos de nuestros problemas: El desempleo, la pobreza, las desigualdades socioeconómicas y regionales, el narcotráfico, la inseguridad pública, la corrupción, el nepotismo, la guerrilla (expresada en las justas demandas del EZLN), la educación pública superior (expresada en el conflicto de la UNAM) y otros lastres que arrastramos, pesadamente sobre nuestras conciencias y espaldas, como productos de la monopolización del poder por parte de la revolución que se hizo gobierno.
En 1928 Plutarco Elías Calles funda el Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecesor del PRI, para dar sentido y rumbo al movimiento revolucionario que se plasmó en la Constitución de 1917 y que rige la vida política, social, laboral, económica, jurídica e institucional del país. En sus inicios el PNR es capaz de interpretar fielmente los anhelos y reclamos de la sociedad. El presidente Lázaro Cárdenas del Río, sobre todo, es fiel a esos anhelos y demandas sociales. Con un claro sentido patriótico y nacionalista, Lázaro Cárdenas lleva a cabo la expropiación petrolera el 18 de marzo de 1938:"Pocos actos han sido en México el resultado de los anhelos, las luchas y exigencias de la sociedad como la expropiación petrolera. La voluntad colectiva de la Nación fue interpretada fielmente por el presidente Cárdenas, cuando después de un largo y controvertido problema laboral entre el sindicato y las empresas petroleras extranjeras que operaban en el país, las expropió ante su negativa de acatar el fallo de la Suprema Corte de Justicia" (Alcudia 1988: 781).





No hay comentarios:

Publicar un comentario